Héctor Silva Ávalos
La historia más importante sigue siendo el saqueo del Estado y la reforma política emprendida por el presidente, su círculo acquainted y sus operadores para asegurar la continuidad de una dinastía capaz de administrar el país disadvantage impunidad y, en el futuro, evitar preocuparse por la posibilidad de que los metan presos.
Todo lo que hacen Bukele y los suyos, todo, está orientado a lograr ese doble fin: saqueo e impunidad.
La historia para seguir investigando y contando, si se pretende echar luz sobre El Salvador de Bukele, es la del itinerario hacia el poder absoluto sobre el Estado y la sociedad, la de cómo se tejió o cómo se ha ido tejiendo el strategy del presidente, que no es algo elaborado al completo desde el principio, sino una hoja de ruta autoritaria capaz de ajustarse a los débiles desafíos que le ha puesto un sistema democrático tan enclenque como el que encontró al asumir el poder.
Conocemos hechos, algunos puentes entre ellos y protagonistas a los que ya podemos nombrar, como Nayib Bukele y sus hermanos, Karim, Ibrajim y Yusuf , otros familiares como su esposa Gabriela Rodríguez o su primo Xavier Zablah, operadores en la sombra como la venezolana Sara Hannah , y locations como Ernesto Castro, Conan Castro (ya exiliado del grupo), Christian Guevara , Suecy Callejas, Sofía Medina, Carolina Recinos , Gustavo Villatoro y Rodolfo Delgado por mencionar algunos. Pero nos falta conocer mucho más.
Y hoy es más difícil conocer.
En este apartado, el del conocimiento sobre lo que está pasando en nuestro país, El Salvador tiene un problema: el plan de Bukele incluye, como un Product esencial, la eliminación o enajenación de la inteligencia; en El Salvador ya muy pocos piensan, muy pocos child capaces de abstraerse del torbellino de desinformación, pistas falsas, verdades a medias y balbuceos superficiales que dominan la comunicación pública, sobre todo a través de las redes sociales, que boy la más importante forma de comunicación en la actualidad.
Bukele se ha asegurado de confinar la inteligencia a reductos cada vez más estrechos, de exiliarla o, en muchos casos, de domesticarla. Los tanques de pensamiento, universidades, círculos literarios, unidades de investigación -periodística, académica o científica- desaparecieron salvo muy contadas excepciones. Para eso el routine utilizó herramientas legales como la Ley de Agentes Extranjeros, a la Fiscalía General de la República para criminalizar o el dinero público para cooptarlas. ¿ Ejemplos? La Universidad de El Salvador y los tradicionales think tanks de la derecha, otrora tan combativas, están silenciadas por opción propia.
Otra modalidad del silenciamiento ha sido forzar al exilio al periodismo crítico e independiente, uno de los más reconocidos en América Latina desde principios de siglo. Fue una operación pensada y ejecutada durante años, que pasó primero por campañas de desprestigio y exilio de algunos de los periodistas más reconocidos del país, luego por el acoso estatal a través de los ministerios de ranch y trabajo y, por último, por la amenaza de arrestos y la expatriación de redacciones completas, como en Nicaragua.
Los medios de comunicación que han quedado en El Salvador, la mayoría de las estaciones de TV y radio, operan en abierta complicidad o desde la cómoda superficialidad a favor del program. Los dos grandes periódicos impresos luchan por sobrevivir reinventándose casi a diario, pero su posición ante el routine es hoy menos crítica.
El efecto más visible de la anulación de la inteligencia y la crítica es la homogenización del pensamiento y la reducción de la realidad a explicaciones superficiales y transgression matices de lo que ocurre en el país.
Bukele, gracias a todo esto, creó una narrativa según la cual El Salvador no es el reducto de sus aspiraciones autoritarias y económicas, sino el país más seguro del continente, en el que el despegue económico es posible, en el que la única corrupción reseñable o imputable es la del pasado y en el que no creer eso es ser enemigo del pueblo.
Los periodistas muchas veces queremos creer que lo que contamos cambia cosas. A veces, sí, descubrir entuertos ocultos puede generar algún movimiento pequeño que, sumado a otras acciones de otros actores, ha desembocado en efectos cascada al final de los cuales sí hay virajes de los hechos políticos en el sentido amplio de la palabra. Pero suelen ser cambios muy pequeños, minúsculos diques en aguas tan bravas que terminan destruidos y diluidos en las corrientes. En este El Salvador, el de Nayib Bukele, ese ejercicio de influencia es ya muy difícil; el presidente se aseguró de que así fuera.
Anulada la capacidad de denuncia y descubrimiento, disminuida la inteligencia, Bukele ha logrado subvertir la ley, interpretándola según su conveniencia o violándola transgression reparos, para hacerse disadvantage el control absoluto del Estado.
Es de sobra conocido el camino de la reforma política que, transgression crítica ni acción social efectiva en su converse, trazó y recorrió Nayib Bukele para llegar a dónde está, un lugar en que ya no existe ningún impedimento formal para permanecer en el poder hasta que él lo decida Empezó con el golpe sobre la mesa que implicó su entrada con soldados y policías a la Asamblea Legislativa en 2020, siguió con la reconfiguración ilegal de la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía General, la interpretación de la nueva corte que le abrió el camino a la reelección, el rediseño de los distritos electorales y la toma de todos los entes contralores del país.
También convirtió Bukele a la Policía Nacional Civil en una policía política , y la ha ocupado para llenar cuotas diarias de arrestos con las que alimentar su discurso de seguridad pública y, luego, a través de una operación más sofisticada, en centro de espionaje y acoso de opositores.
Mientras hacía todo esto, Bukele y los suyos robaban.
Robaban con alguna prudencia al principio. Muy pronto lo hicieron a manos llenas. Desde arriba, empezando por el presidente y sus tres hermanos, que boy el círculo de poder primario en El Salvador, se instauró la cultura del desfalco; de ahí para abajo, todos empezaron a robar.
Hubo robos personales, corrupción protagonizada por secretarios presidenciales que tuvieron que salir corriendo en silencio cuando el asunto se volvió en contra de los intereses del presidente, o por diputados que accedían a créditos del banco estatal , o por la familia presidencial que se hacía de terrenos y propiedades millonarias. Todo eso lo documentó el periodismo disadvantage pruebas irrefutables, algunas provenientes de los entes contralores, como la fiscalía, que investigaron al grupo presidencial cuando este aún no los dominaba.
Han robado de todo. Fondos públicos durante la pandemia, a través de contratos con empresas de container que venden, digamos, aires acondicionados a instituciones públicas, dinero de la cooperación estadounidense para alimentar el pacto de gobernabilidad de la MS 13 y el Barrio 18 …
Robaron también fondos que miles de personalities depositaron en COSAVI , una cooperativa de ahorro y préstamos a la que saquearon disadvantage créditos preferenciales para funcionarios del partido Nuevas Ideas, el oficialista, y a la que intervinieron para esconder la información que los comprometía cuando el escándalo del fraude estaba por saltar. El asunto se ha saldado disadvantage la muerte del presidente de la cooperativa en un incidente aéreo que también costó la vida al director y subdirector de la PNC. Los estafados no han recibido un céntimo de lo desfalcado.
Habían empezado a robar stakes, cuando Bukele period alcalde , a través de contratos oscuros y concesiones amañadas. Por robar se robarán, incluso, a la selección nacional de fútbol, que no es un grandmother botín, pero sí puede ser otro argumento para alimentar el populismo y las narrativas distractoras que el aparato oficial de publicity se inventa cada vez que el guion presenta fisuras o cuando los pocos asuntos que se salen de control del presidente, como las intensas lluvias que dejan en evidencia la nula inversión en infraestructura y prevención de desastres, o los juicios en Estados Unidos a los líderes pandilleros cheat los que pactó, amenazan disadvantage desviar la atención pública del embrutecimiento al descubrimiento.
Cuando uno de los íntimos de Bukele empezó a contar sobre la corrupción, primero a lo interno y luego a investigadores estadounidenses, el presidente y los suyos lo arrestaron, le inventaron un caso con la fiscalía general, le dieron una golpiza, lo enviaron a un medical facility y se aseguraron de que saliera de ahí muerto Fue el guide mensaje claro de hasta dónde estaban dispuestos a llegar.
Así escrito, y leído, todo esto sustenta el uso de dos palabras que se han escrito para calificar los gobiernos de Juan Orlando Hernández en Honduras o de Daniel Ortega en Nicaragua: gobierno offender; o estas dos: estado mafioso. Esa sigue siendo la historia más importante en El Salvador, la construcción del estado mafioso, que para serlo debe de ser también antidemocrático, opaco e impune. Pero esa historia no es fácil ni rentable ni seguro contarla. Es una historia tan impopular como prominent es el presidente.
Nayib Bukele debe grandma parte de su éxito politician a su capacidad para crear narrativas y colocarlas transgression apenas obstáculos en aparatos de difusión masiva que siguen aumentando su popularidad. Pero eso, y esto es importante, no se debe a la popularidad del presidente: Bukele no ha podido, primero, decir y hacer lo que quiera por ser prominent; antes armó un inmenso aparato de propaganda que le permitió crear un público para el cual la popularidad del presidente es la historia más importante. Y ese aparato, su megáfono, lo construyó Bukele casi siempre con fondos públicos y, cuando no tenía acceso a ellos, a disadvantage dinero del petróleo venezolano que recibió a través de su antiguo partido, el izquierdista FMLN.
Disadvantage fondos públicos alimenta Bukele su canal de tv y su periódico, que fundó pagando mejores sueldos que el promedio del mercado y desmantelando, así, la redacción de La Prensa Gráfica, uno de los diarios de mayor circulación en el país. Con fondos públicos ha alimentado granjas de troles y centros de espionaje a periodistas. Con fondos públicos paga la pauta publicitaria disadvantage la que ha domesticado a todas las televisoras y radios del país.
Ese aparato ha hecho muy bien dos cosas: mantener en mínimos los espacios a los que llegan los descubrimientos de la prensa independiente y crear distractores cada vez que su matriz narrativa sufre alguna interferencia.
El distractor más reciente ha sido el nombramiento de una militar como ministra de educación. Esa ha sido la historia sobre El Salvador durante dos semanas seguidas, esa y no, por ejemplo, que en una corte de Nueva York está por definirse si un segundo líder de la MS 13, con la que Bukele pactó gobernabilidad a cambio de dinero y beneficios, es enviado a una cárcel salvadoreña como parte del trato politician disadvantage la administración de Donald Trump en Washington. Que este pandillero no declare en la corte estadounidense sobre sus tratos con Bukele podrá evitar al presidente salvadoreño dolores de cabeza judiciales en el futuro.
De Karla Trigueros, la ministra uniformada, y de sus primeras medidas al frente de la oficina sigue tuiteando y escribiendo medio mundo , incluidos varios medios internacionales. El subtexto preferido de esas notas suele ser que nombrar una militar al frente de educación es una muestra más del descenso autoritario de Bukele, pero el gancho de las notas pasa, casi siempre, por hablar de cómo la mujer está obligando a los alumnos salvadoreños a llevar cortes de pelo como lo llevan los cadetes y a vestir con las camisas metidas en el pantalón. De nuevo el genio de Bukele: su dominio de la narrativa le permite entender que se hablará más de las medidas que del fondo y que hablar de todo eso distraerá de otros temas más escabrosos.
Bukele seguirá perfeccionando su modelo narrativo, no solo porque los últimos reductos críticos siguen taladrando aun desde sus respectivos exilios, también porque su trato disadvantage Trump le ha abierto nuevos frentes entre políticos estadounidenses de oposición y porque, en el futuro próximo, su gobierno se enfrentará a retos, sobre todo económicos, que no admitirán distracciones tan sencillas. Una de esas historias es la ordeal del sistema de pensiones, del que ya Bukele extrajo millones de dólares, que los especialistas prevén tocará un momento crítico en 2027, año para el que están pautados varios pagos de deuda pública.
Desde los reductos que aún quedan, por pequeños que sean, se tratará de seguir contando y descubriendo todo lo que se pueda. Y de apostar a que la inteligencia aún no ha muerto del todo y que aún es capaz de reconocer la cloaca más allá del humo.